Así vuelan los increíbles robots abeja

En la Universidad de Harvard han estado trabajando durante una década y por fin han conseguido que sus “roboabejas” hayan conseguido volar. Estos pequeños robots pesan la mitad que un clip, es decir, apenas una décima de gramo y han logrado mantenerse en el aire durante unos momentos y después hacer un recorrido programado con éxito.

El investigador y principal encargado del proyecto, Robert J. Wood ha declarado que el éxito se ha basado en los recientes avances del laboratorio en cuanto a materiales y diseño se refiere. Tras 12 años de trabajo el trabajo ha salido espectacularmente bien.

Las roboabejas fueron pensadas para el estudio del vuelo de insectos y su diseño se basó principalmente en la anatomía de una mosca, con un cuerpo a escala submilimétrica, y unas alas tan asombrosamente finas que parece que aletean de manera invisible, exactamente a una velocidad de 120 veces por segundo.
Su diseño no ha sido nada fácil, pues cada parte de su minúscula anatomía ha tenido que ser fabricada de forma manual. Las alas se mueven gracias a piezoeléctricos, cuerdas de cerámica que se expanden y se contraen según una corriente eléctrica es aplicada, aunque la tecnología que impresiona se encuentra en el cuerpo, donde se realiza el control de todo el sistema.

“Tuvimos que diseñarlo todo desde el principio, hacíamos funcionar uno de los componentes pero al avanzar al siguiente surgían cinco nuevos problemas”, asegura Wood.

Aún así, todo el proyecto no ha necesitado repetirse una y otra vez gracias a la utilización de un proceso de trabajo inspirado en libros móviles infantiles para producir varias muestras al mismo tiempo. Esto significa que el proceso de creación de una nueva roboabeja es muy corto, lo que les permite ponerlas a prueba cada vez con más carga de trabajo.

Puedes ver todo el proceso en el siguiente video:

Las primeras fotos tomadas con Google Glass

Los famosos lentes de Google han dado mucho de qué hablar, tanto cosas buenas como malas. Mientras unos están maravillados con las posibilidades que ofrecen, en la ciudad de Seattle, Washington, hay una campaña para prohibirlos en algunos lugares o establecimientos.

Algunos de los pocos afortunados que poseen los célebres Glass, han publicado ya los primeros videos tomados con estos lentes, en los que se muestra su capacidad y la oportunidad de un nuevo estilo de vida tecnológico. Ahora, han sido mostradas en redes sociales las primeras fotografías captadas con las gafas de realidad aumentada.

Seguramente esperas ver tomas muy originales o llenas de elementos digitales. Lamentablemente, las fotos no son nada del otro mundo pero muestran una nueva manera de tomar fotografías y compartir con el mundo "nuestro ángulo de visión", imágenes en primera persona.

Se trata de tres fotografías tomadas por trabajadores de la compañía; la primera es obra de Steve Lee, quien trabaja en los laboratorios de Google X y muestra una toma limpia de una calle en San Francisco, en la que se pueden ver sus dos manos en el volante haciendo gala de la ventaja "manos libres" de los lentes inteligentes.

La segunda fue tomada por Sophia Yang. Se trata de una captura dentro de las instalaciones de Google, donde ella trabaja para el mismo proyecto.

La última es simplemente la imagen de una sombra proyectada en una alfombra. Es obra de Sidney Chang, quien también es parte de personal de Google. La autora de esta fotografía trata de mostrar que aún quedan muchas cosas que mejorar en la cámara, pues aclara que la imagen se tomó antes de que el lente pudiera enfocar de manera óptima las texturas. 

Los Google Glass estarán disponibles para todo público el siguiente año y se espera que para entonces muchos de sus errores y problemas técnicos se solucionen. 

La armadura con la que Blizzard recompensa a sus empleados más fieles

Blizzard funciona en cierta medida como algunos de los juegos que desarrolla, pues los trabajadores de la compañía obtienen mejor equipo a medida que pasan tiempo en la empresa. Y no hablamos de ordenadores.

Blizzard, compañía desarrolladora de clásicos como las sagas Word of Warcraft, Starcraft o Diablo, es una de las empresas más importantes del mundo del videojuego. Por este motivo, trabajar en ella es ya casi un premio para una persona que se dedique a este sector. Pero no es todo lo que obtendrá, ya que hay una armadura de Blizzard que, como si de uno de estos títulos se tratase, se consigue a medida que se sube de nivel; es decir, cuando se cumplen años al servicio de la compañía.

Lo cierto es que no deberían sorprender medidas de este tipo de una firma que tiene una escultura de un orco en su sede y cuyo COO, Paul Sams, tiene una importante colección de todo tipo de productos promocionales y exclusivos. De hecho, hace unos años lamentaba no poder conseguir una copia de todos, ya que no tendría espacio para ellos en su despacho.

Sin embargo, lo más probable es que tenga un lugar reservado para la armadura de Blizzard, un conjunto de recompensas para los empleados de la compañía. El primero de ellos es una espada, cuyo diseño varía anualmente (cada año hay varias ceremonias de entrega). Para conseguirla hay que trabajar durante cinco años consecutivos.

El resto de los objetos que forman la armadura de Blizzard no han cambiado desde que comenzó la tradición, en 1996. Así, a los 10 años se consigue un escudo y cinco después, un anillo. Finalmente, tras dos décadas en la empresa, se consigue un casco inspirado en Diablo III.
Este último elemento es el más codiciado, pues sólo unos pocos trabajadores lo han conseguido. Hasta 2011 el anillo era el máximo reconocimiento al que se podía aspirar, pero ahora es posible ir un paso más allá. Y, de hecho, en dos años debería aparecer una nueva recompensa, aunque por el momento no se sabe qué será o en qué universo estará ambientada.

The 20 year award!!! this is what you get for 20 years of service at Blizzard ;) twitter.com/FubarNick/stat…
— Nick Carpenter (@FubarNick) 15 de diciembre de 2012

Eso sí, hacerse con uno de estos objetos es bastante complicado y, desde luego, nada económico, pues los empleados no se quieren desprender de sus premios. Tanto es así que ahora mismo se puede adquirir un conjunto de espada y escudo en eBay, aunque su dueño, que asegura haberlo adquirido de un antiguo trabajador de Blizzard, pide 19.999 dólares por ambos.

Algunos accidentes aéreos acaban bien: Happy End

Todos tenemos en mente algún accidente aéreo. Estos sucesos suelen acabar en tragedia. Sin embargo, no todos estos accidentes tiene como resultado la perdida de vidas humanas. Algunos, por increíble que parezca tienen lo que podría llamarse “Final Feliz” o “Happy End”.

Una iniciativa que nunca se ha llevado a cabo

“Happy End” es un proyecto fotográfico que actualmente se financia por Crowdfunding en Indiegogo para la impresión y distribución de las imágenes. El autor ha visitado todos los sitios en los cuales se encuentra alguno de estos aviones estrellados (abandonados desde hace entre 10 y 70 años)  y que nunca han sido desmontados y recogidos. En total son 15 los lugares fotografiados. Viendo las imágenes el proyecto es sencillamente espectacular.

El proyecto requería una financiación de 4000 dolares y ya ha recibido más de 8000. No obstante al final del artículo tenéis un enlace por si queréis participar a cambio de una edición de un libro con las fotografías a toda página. Mientras, aquí podéis ver un vídeo sobre la iniciativa.

La Antorcha Olímpica podría llegar al espacio

Un equipo de cosmonautas rusos, planea llevar al espacio la Antorcha Olímpica de los juegos de Invierno del 2014, que tendrán lugar en Sochi, Rusia. La ruta de la llama podría incluir una caminata fuera de la Estación Espacial Internacional, aunque los detalles sobre este evento aún se están discutiendo por la Agencia Espacial Federal de Rusia.

De llevarse a cabo, el recorrido se realizaría a principios de noviembre de este año, por lo que la antorcha estaría de regreso en la Tierra para el 12 de noviembre del mismo año, y quienes tendrían la misión de llevarla serían los cosmonautas rusos Oleg Kotov y Sergey Ryazansky.

El único inconveniente es que, cómo se sabe, no puede haber fuego si no hay oxígeno, por lo que la antorcha no podría encenderse en el espacio y dentro de la nave está prohibido encender o introducir fuego, así que el pebetero deberá permanecer apagada. Sin embargo, esperemos que encuentren una alternativa interesante para cuando llegue el momento del lanzamiento.